lunes, 23 de mayo de 2016

LECTURAS DEL LUNES VIII DEL T. ORDINARIO 23 DE MAYO (VERDE)


Ve y vende lo que tienes, da el dinero a los pobres y así tendrás un tesoro en los cielos. Después, ven y sígueme.






ANTÍFONA DE ENTRADA Cfr. Sal 17, 19-20

El Señor es mi refugio, lo invoqué y me libró. Me salvó porque me ama.

ORACIÓN COLECTA

Concédenos, Señor, que tu poder pacificador dirija el curso de los acontecimientos del mundo y que tu Iglesia se regocije al poder servirte con tranquilidad. Por nuestro Señor Jesucristo...

LITURGIA DE LA PALABRA

Ustedes no han visto a Cristo, y sin embargo, lo aman; al creer ahora en él se llenan de una alegría indescriptible.

De la primera carta del apóstol san Pedro: 1, 3-9


Bendito sea Dios, Padre de nuestro Señor Jesucristo, por su gran misericordia, porque al resucitar a Jesucristo de entre los muertos, nos concedió renacer a la esperanza de una vida nueva, que no puede corromperse ni mancharse y que él nos tiene reservada como herencia en el cielo. Porque ustedes tienen fe en Dios, él los protege con su poder, para que alcancen la salvación que les tiene preparada y que él revelará al final de los tiempos.

Por esta razón, alégrense, aun cuando ahora tengan que sufrir un poco por adversidades de todas clases, a fin de que su fe, sometida a la prueba, sea hallada digna de alabanza, gloria y honor, el día de la manifestación de Cristo. Porque la fe de ustedes es más preciosa que el oro, y el oro se acrisola por el fuego.

A Cristo Jesús no lo han visto y, sin embargo, lo aman; al creer en él ahora, sin verlo, se llenan de una alegría radiante e indescriptible, seguros de alcanzar la salvación de sus almas, que es la meta de la fe.

Palabra de Dios. 

Te alabamos, Señor.



Del salmo 110


R/. El Señor se acuerda siempre de su alianza.


Quiero alabar a Dios, de corazón, en las reuniones de los justos. Grandiosas son las obras del Señor y para todo fiel, dignas de estudio. R/.

Ha hecho inolvidables sus prodigios. El Señor es piadoso y es clemente. Acordándose siempre de su alianza, él le da de comer al que lo teme. R/.

Él redimió a su pueblo y estableció su alianza para siempre. Dios es santo y terrible y su gloria perdura eternamente. R/.



ACLAMACIÓN  2 Co 8, 9




R/. Aleluya, aleluya.


Jesucristo, siendo rico, se hizo pobre, para enriquecernos con su pobreza. R/.

Ve y vende lo que tienes y sígueme.

Del santo Evangelio según san Marcos: 10, 17-27


En aquel tiempo, cuando salía Jesús al camino, se le acercó corriendo un hombre, se arrodilló ante él y le preguntó: "Maestro bueno, ¿qué debo hacer para alcanzar la vida eterna?" Jesús le contestó: "¿Por qué me llamas bueno? Nadie es bueno sino sólo Dios. Ya sabes los mandamientos: No matarás, no cometerás adulterio, no robarás, no levantarás falso testimonio, no cometerás fraudes, honrarás a tu padre y a tu madre”.

Entonces él le contestó: "Maestro, todo eso lo he cumplido desde muy joven". Jesús lo miró con amor y le dijo: "Sólo una cosa te falta: Ve y vende lo que tienes, da el dinero a los pobres y así tendrás un tesoro en los cielos. Después, ven y sígueme".

Pero al oír estas palabras, el hombre se entristeció y se fue apesadumbrado, porque tenía muchos bienes.

Jesús, mirando a su alrededor, dijo entonces a sus discípulos: "¡Qué difícil les va a ser a los ricos entrar en el Reino de Dios!" Los discípulos quedaron sorprendidos ante estas palabras; pero Jesús insistió: "Hijitos, ¡qué difícil es para los que confían en las riquezas, entrar en el Reino de Dios! Más fácil le es a un camello pasar por el ojo de una aguja, que a un rico entrar en el Reino de Dios".

Ellos se asombraron todavía más y comentaban entre sí: "Entonces, ¿quién puede salvarse?" Jesús, mirándolos fijamente, les dijo: "Es imposible para los hombres, mas no para Dios. Para Dios todo es posible". 

Palabra del Señor. 

Gloria a ti, Señor Jesús.


ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Señor Dios, que haces tuyas nuestras ofrendas, que tú mismo nos das para dedicarlas a tu nombre, concédenos que también nos alcancen la recompensa eterna. Por Jesucristo, nuestro Señor.

ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Cfr. Sal 12, 6

Cantaré al Señor por el bien que me ha hecho, y en-tonaré un himno de alabanza al Dios Altísimo.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Alimentados por estos dones de salvación, suplicamos, Señor tu misericordia, para que este sacramento que nos nutre en nuestra vida temporal nos haga partícipes de la vida eterna. Por Jesucristo, nuestro Señor.

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