viernes, 14 de noviembre de 2014

LECTURAS DEL VIERNES XXXII DEL T. ORDINARIO 14 DE NOVIEMBRE (VERDE)


Lo que sucedió en el tiempo de Noé también sucederá en el tiempo del Hijo del hombre.




ANTÍFONA DE ENTRADA (Cfr. Sb 11, 23. 24. 26)

Señor, tú tienes misericordia de todos y nunca odias a tus creaturas; borras los pecados de los hombres que se arrepienten, y los perdonas, porque tú, Señor, eres nuestro Dios.

ORACIÓN COLECTA

Señor, escucha bondadoso nuestros ruegos y perdona nuestros pecados, para que nos concedas juntamente tu perdón y tu paz. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos.

LITURGIA DE LA PALABRA

El que permanece fiel a la doctrina de Cristo, ése sí vive unido al Padre y al Hijo.

De la segunda carta del apóstol san Juan: 4-9


Hermanos: Me ha dado mucha alegría enterarme de que muchos de ustedes viven de acuerdo con la verdad, según el mandamiento que hemos recibido del Padre.

Les ruego, pues, hermanos, que nos amemos los unos a los otros. No se trata de un mandamiento nuevo, sino del mismo que tenemos desde el principio. El amor consiste en vivir de acuerdo con los mandamientos de Dios. Y el mandamiento consiste en vivir de acuerdo con el amor, como lo han escuchado desde el principio.

Ahora han surgido en el mundo muchos que tratan de engañar, pues niegan que Jesucristo es verdadero hombre. Éstos son el verdadero impostor y anticristo. 

Pongan, pues, atención para que no pierdan el fruto de sus trabajos y puedan recibir la recompensa completa. Quien se aparta de la verdad y no permanece fiel a la doctrina de Cristo, no vive unido a Dios; el que permanece fiel a la doctrina de Cristo, ése sí vive unido al Padre y al Hijo. 

Palabra de Dios. 

Te alabamos, Señor.



Del salmo 118 

R/. Dichoso el que cumple la ley del Señor.

Dichoso el hombre de conducta intachable, que cumple la ley del Señor. Dichoso el que es fiel a sus enseñanzas y lo busca de todo corazón. R/.

Con todo el corazón te voy buscando; no me dejes desviar de tus preceptos. En mi pecho guardaré tus mandamientos, para nunca pecar en contra tuya. R/.

Favorece a tu siervo, para que viva y observe tus palabras. Ábreme los ojos para ver las maravillas de tu voluntad. R/.



ACLAMACIÓN (Lc 21, 28) 



R/. Aleluya, aleluya.

Estén atentos y levanten la cabeza, porque se acerca la hora de su liberación, dice el Señor. R/.


Lo mismo sucederá el día en que el Hijo del hombre se manifieste.

Del santo Evangelio según san Lucas: 17, 26-37


En aquellos días, Jesús dijo a sus discípulos: "Lo que sucedió en el tiempo de Noé también sucederá en el tiempo del Hijo del hombre: comían y bebían, se casaban hombres y mujeres, hasta el día en que Noé entró en el arca; entonces vino el diluvio y los hizo perecer a todos.

Lo mismo sucedió en el tiempo de Lot: comían y bebían, compraban y vendían, sembraban y construían, pero el día en que Lot salió de Sodoma, llovió fuego y azufre del cielo y los hizo perecer a todos. Pues lo mismo sucederá el día en que el Hijo del hombre se manifieste.

Aquel día, el que esté en la azotea y tenga sus cosas en la casa, que no baje a recogerlas; y el que esté en el campo, que no mire hacia atrás. Acuérdense de la mujer de Lot. Quien intente conservar su vida, la perderá; y quien la pierda, la conservará.

Yo les digo: aquella noche habrá dos en un mismo lecho: uno será tomado y el otro abandonado; habrá dos mujeres moliendo juntas: una será tomada y la otra abandonada".

Entonces, los discípulos le dijeron: "¿Dónde sucederá eso, Señor?". Y Él les respondió: "Donde hay un cadáver, se juntan los buitres".

Palabra del Señor. 

Gloria a ti, Señor Jesús.


ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Te ofrecemos, Señor, este sacrificio de reconciliación y de alabanza, para que, compadecido, perdones nuestros pecados y dirijas tú mismo nuestro vacilante corazón. Por Jesucristo, nuestro Señor.

ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN (Lc 15, 10)

Habrá gran alegría entre los ángeles del cielo, por un solo pecador que se convierta.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Concédenos, Dios misericordioso, a quienes, por este sacrificio, hemos recibido el perdón de nuestros pecados, que con tu gracia podamos evitarlos de ahora en adelante y servirte con sincero corazón. Por Jesucristo, nuestro Señor.

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